El alimento por excelencia en nuestra región, desde tiempos inmemoriales, ha sido el maíz, al cual se le confería un origen divino; tal vez por ello, nuestros antepasados llamaron a su tierra Tlaxcallan, en honor a la tlaxcalli, nombre náhuatl de la que hoy conocemos como "tortilla".
El tlaolli o maíz tostado, llamado izquitl, era también un alimento cotidiano y molido, solo o con cacao, se le conocía como pinolli. Con la masa del maíz se elaboran los tlatloyos de frijol o ayocote, a los que se agregaban chilli y epazotl, también se preparaban tamalli o tamales, atolli o atole, chilatolli o chilatole, pozolatl o pozole y las indispensables tlaxcalli o tortillas. También del tlaolli o maíz obtenían el sabroso cuitlacochin o cuitlacoche.
Debido al bloqueo comercial que los mexicas impusieron durante más de 60 años a los tlaxcaltecas, éstos carecían de sal para sazonar sus platillos, por lo que en sustitución utilizaron el tequexquite, que obtenían principalmente en la zona de Tequexquitla. Hoy, en Tlaxcala y en otros estados donde hubo colonización de grupos tlaxcaltecas, se siguen sazonando algunos alimentos con tequesquite, lo que les da un toque especial.
Además del maíz, los tlaxcaltecas prehispánicos sembraban en sus milpas calabazas, tomatillo, chile y frijol, además de cultivar el nopal y sus frutos; también cazaban venado, pato, tlacuatzin o tlacuache, conejo, liebre y huilota (especie de paloma). Asimismo, criaban guajolotes y perros tlalchichi o techichi, de consistencia y sabor muy apreciados.