Nevskiskaia

Inicio el año con este poema, despues de una pausa, un poco prolongada pero seguimos escribiendo y reuniendo material, para lo que pueda suceder.

Nevskiskaia

Por José Cháirez.

Los tres siglos de San Petersburgo y su salva lanzada día con día nunca me dolieron  tanto como  aquellas veces: en la que me quedé sentado a orillas del río Neva, o aquella tarde  que me  abandonaste en los escalones del Teatro Kirov después de la presentación del Ballet. He caminado por las tardes sobre el frío que emana desde el fondo del río confundiendo cada adiós tuyo con los trozos de hielo que navegan mi pensamiento y encallan en cada atardecer embarrado sobre mi espalda, nunca me pareció tan pesado aquel monumento de Pedro I,  El grande. Te busco entre todas las mujeres que atraviesan la plaza, pero eres todas y a la vez ninguna y en ninguna logro distinguir el rostro de parsimonia que llevas al viento. ¿serás aquella figura lánguida arrojándoles pan  a las palomas desde la banca esculpida sobre el hielo?

Desde hace días paseo sobre la tarima de madera que hay sobre la banqueta, espero a que deje de nevar para salir a buscarte mientras mi piel tirita desde lo alto de tu indiferencia. He pasado noches sin ningún rublo en los bolsillos para comprar algo que comer y ni el vodka aminora mis ansias. Salgo a caminar al parque Povedi dirigiéndome a la estación Kirovkov, pero ni las tarjetas magnéticas y ni los yetones habitan mi cartera desde hace días. Recuerdo la partida en la estación Dostoevskaia, cuando tu adiós fue más gris y frio que el de sus muros de granito Nevskiskaia.